martes, 21 de febrero de 2012

CON UN TOTAL DE 34 OREJAS CONCLUYÓ EL CARNAVAL TAURINO DE AMÉRICA

Fotos: Leo León














































Alexander Guillén fue el triunfador de la última de abono

CON UN TOTAL DE 34 OREJAS CONCLUYÓ EL

CARNAVAL TAURINO DE AMÉRICA

Por: Oscar Eduardo Fernández-Guillén.

Fotos: Leo León.

(Mérida, Venezuela) La sexta y última corrida de abono celebrada el pasado martes 21 de febrero deparó el cerrojazo final del Carnaval Taurino de América 2012, organizado por la Empresa Taurina “Hermanos Rodríguez Jáuregui” en el marco de la XLIII Feria Internacional del Sol de Mérida. A pesar del indiscutible éxito con el que se cubrió el ciclo merideño durante la intensa jornada, que inició el día jueves 16 y acumuló hasta el final un total de 34 orejas: 27 cercenadas más dos simbólicas de los festejos mayores y cinco de las dos novilladas de postín, el cierre no fue tan satisfactorio debido a las evidentes condiciones de los jóvenes diestros venezolanos que integraron un cartel netamente nacionalista, aunado al escaso juego de los astados llevados por Juan Campolargo.

Media plaza registró de aforo la Monumental “Román Eduardo Sandia”, en tarde soleada y donde se escuchó el silencio. En punto de las cuatro de la tarde se inició el paseíllo por parte de los espadas Leonardo Rivera, Eduardo Valenzuela, Alexander Guillén y Jonathan Guillén, quien recibió la alternativa. Los toros procedentes de la yaracuyana ganadería “Campolargo” fueron de distinta presentación y juego, complicados, mansos, distraídos, con poca fijeza y descubridores de toreros.

Leonardo Rivera resolvió la papeleta con facilidad ante las ásperas embestidas de “Jaimito”. El viento afectó sus muletazos, mas aún así prevalecieron varios derechazos interesantes pero bastante distantes del cornúpeta. Un bajonazo terminó con su labor frente al primero del lote, lidiado en segundo lugar, y con ello cualquier posibilidad de premio. Palmas con petición. Con “Tejero” la presencia del merideño se justificó aún más. Derrochó ganas y voluntad, pero su faena fue más por la insistencia de su empaque que por las bondades del animal. Toreó a media altura, debido a la poca fuerza del de “Campolargo”, con derechazos de mayor temple pero a la vez dispersos, dada la distracción de éste. Lo inefectivo de la tizona y el uso del verduguillo nuevamente le hicieron marchar sólo entre palmas.

Eduardo Valenzuela demostró en Mérida más clase y oficio. Con el primero de nombre “Sorte II” alanceó bien con la capa. En banderillas no contó con la colaboración del distraído burel, mientras que en el último tercio muleteó con acierto pero ante lo tardo y soso del ejemplar prefirió abreviar. Leves palmas. El sexto de la tarde llamado “Bondadoso” fue manso durante el tercio de varas y huyó del caballo en repetidas ocasiones. El valenciano quiso agradar con los palitroques pero nuevamente el aplome del astado hizo mella en su labor. Sin embargo, con la muleta aprovechó los viajes dispensados por el burel y matizó la corrida con buenos derechazos llenos de voluntad y deseos de triunfo. Tras fallar con el acero dio una vuelta al ruedo.

Alexander Guillén a la postre se erigió como el triunfador del festejo tras cortra la única oreja del día. Inteligentemente supo sacarle de tablas para lidiarle en los medios con la mano diestra. Su faena fue completamente derechista, en ella puso de manifiesto madurez y ganas, aunado al buen uso del acero, pues finalizó con una estocada entera que le mereció un apéndice. Con el séptimo, de bella estampa, ligó algunos muletazos pero el descastado fue mermando en facultades hasta que se apagó por completo. Palmas.

El recién doctorado Jonathan Guillén abrió la corrida con el toro de su alternativa de nombre “Sosegado”, ante el cual no desarrolló precisamente una sosegada intervención. Sobre el tapete quedó el poco rodaje como novillero y la escasa preparación con la suerte suprema, esa que da y quita. Faltó quietud y composición de la figura, amén de materia prima fundamental. En un calvario se convirtieron sus intentos con la espada en ambos toros. Silencio. El octavo y último astado de la feria fue tan complicado y manso como otros del encierro. Buscó siempre querencias y no tenía un pase más. Multiples fallos con la toledana le confirieron por segunda vez el silencio del respetable.

Ficha del Festejo:

XLIII Feria Internacional del Sol.

Martes 21 de febrero.

Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia”.

Sexta corrida de abono.

Ocho toros de la ganadería venezolana “Campolargo”, mansos, tardos, sosos, de distinta presentación y juego, con escasa fijeza.

Leonardo Rivera: palmas y palmas.

Eduardo Valenzuela: leves palmas y vuelta al ruedo.

Alexander Guillén: oreja y palmas.

Jonathan Guillén: silencio y silencio. El toro de su alternativa fue “Sosegado”, Nº 876 y con 435 Kg. de peso.

Presidente del Festejo: Prof. Jorge Bustamante Calderón.

Entrada: media plaza.